l bosque tropical de Zika es un lugar silencioso, casi de ensueño, formado por 25 hectáreas de exuberante vegetación.
Está en Entebbe, a 23 kilómetros de la capital ugandesa, Kampala, y alberga todo tipo de animales y plantas. Entre ellos, 62 especies de polillas y otras tantas de mariposas, y también 40 especies de mosquitos.
Pero hace casi siete décadas, en ese lugar extremadamente apacible, los científicos descubrieron el virus que hoy tiene en alerta a gran parte de América Latina.
Un microorganismo que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se está expandiendo "de forma explosiva".
Lo hallaron en 1947 en unos monos, siete años antes de que se detectara la primera infección en humanos a 4.000 kilómetros de distancia, en Nigeria.
"Como en muchas otras ocasiones, los científicos que trabajaban aquí hace casi 70 años no estaban buscando este temido virus", cuenta la corresponsal de la BBC Catherine Byaruhanga mientras sortea la vegetación de la tupida selva.
"Estaban investigando la fiebre amarilla, pero se encontraron con un nuevo tipo de microorganismo, al que llamaron por el nombre de este bosque", añade la periodista.